Se habla todos los días de la vacuna o vacunas, sale el ministro funerario filósofo de campanario híbrido de funcionario de pompas fúnebres y monja alférez, se ponen a mentirnos en nuestra cara, sin tapujo ni vergüenza alguna. Sin cortarse u pelo, con la misma cara de los que se afeitan todos los días con cemento armado.
Y es un error basarlo todo en las vacunas.
Parafraseando a Jakob Spengler:
" al final será un pelotón de soldados quien salve a la civilización".
Pues si: al final serán un puñado de linfocitos T robustos naïve como factor predictivo de la respuesta inmune frente al SARS-CoV-2 y sus potenciales vacunas.
La capacidad de respuesta inmune eficaz frente a un nuevo patógeno va a depender de manera primordial de la capacidad de renonocimiento específica por parte de los linfocitos T native. La reducción de estas células como consecuencia del envejecimiento fisiológico o secundario a patología podría ser el responsable del inadecuado control de la infección frente al SARS-COV-2. En pacientes con determinado componente genético o fisiopatogénico se puede producir, quizás como mecanismo compensatorio, la respuesta inflamatoria exagerada y descontrolada que unida a otros factores de riesto conduce a un fatal desenlace. Definir el perfil linfocitario que caracteriza a los pacientes con distintos grados de afectación por SARS-CoV-2, permitirá predecir aquellos con mayor riesgo de complicaciones o que podrían no beneficiarse de la vacunación una vez que esta esté disponible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario